Hace unas semanas se firmó el nuevo acuerdo comercial entre México, Canadá y Estados Unidos, el T-MEC, el cual entró en vigor el pasado 1º de julio. ¿Cómo influye el T-MEC en la industria de la construcción mexicana?
Pese a que este acuerdo internacional impulsará la industrialización de la construcción, cada paso tomará su tiempo y no se esperan ciertamente resultados a corto plazo.
El T-MEC abre un abanico de oportunidades para la industria de la construcción, entre las cuales se contempla la captación de nuevas inversiones, la automatización de algunos procesos, la profesionalización de la mano de obra o el uso de nuevos materiales.
Este acuerdo internacional no fue nada fácil de lograr y de hecho, según la coordinadora de Negocios Globales de la Universidad Iberoamericana, Aribel Contreras, este se contrapone con luces y sombras pues a pesar de haberse concretado, se hizo en medio de una pandemia que le da otro tonalidad a prácticamente todo.
«Aunque es mejor tener al T-MEC que no tenerlo o que hubiera salido Estado Unidos de la negociación, su arranque podría haberse aplazado a 2021, dado que los tres socios comerciales tienen semáforos epidemiológicos diferentes, por ende, es complicado sincronizar los calendarios establecidos en el convenio».
Las oportunidades para la construcción mexicana
Por otro lado, personajes como Cristian Morgali, gerente de Latinoamérica para Procore, sugiere que existen algunos beneficios centrales para nuestro país, como el de «otorgar garantías en torno a las inversiones, mejorar los salarios y cuidar el capital humano, propiedad intelectual y soberanía de los recursos naturales».
«La industrialización del sector constructivo le da a México la oportunidad de ser un proveedor importante de suministros tanto para el mercado nacional como para sus socios comerciales».
Este acuerdo promete ciertas garantías a largo plazo para la inversión inmobiliaria, lo cual es un punto a favor con los inversionistas.
Las tecnologías irán impactando más y facilitarán la comunicación con proveedores para de esa manera acelerar la industrialización de las obras.
«Una ventaja es que no existe un costo adicional por el uso de tecnologías, entonces brinda el mismo acceso a los grupos y las personas de un país que de otro. Gracias al acceso a cloud, desde empresas pequeñas hasta grandes corporativos pueden acceder a la digitalización», indica Morgali. «Esto permite la democratización de la tecnología, que antes no ocurría».
Los mejores sueldos en definitiva serían un alta expectativa para las personas involucradas en los procesos, pues muchas veces se consideran muchas labores en México debido al bajísimo costo de la mano de obra, cosa que debe cambiar, pues los obreros merecen mejores prestaciones y condiciones.
Así como todo tratado, podemos encontrar ‘luces y sombras’, esperemos que las luces no tarden en brillar y dar de sí antes de que se perciban nuevas e impredecibles cláusulas.
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